Orígenes de la mitología griega

La mitología griega, en su periodo más importante, se desarrolló en el siglo VIII a. C. Tiene varios rasgos distintivos, como por ejemplo, los dioses se parecen exteriormente a los seres humanos y revelan, al igual que ellos, sentimientos. Los griegos creían que los dioses habían elegido el monte Olimpo, en una región de Grecia llamada Tesalia, como su residencia. En el Olimpo, los dioses formaban una sociedad organizada en términos de autoridad y poderes, se movían con total libertad y formaban tres grupos que controlaban sendos poderes: el cielo o firmamento, el mar y la tierra. a diferencia de las religiones orientales, la griega no fue profesada por sacerdotes, sino por poetas como Homero que escribió La Iliada y La Odisea y Hésiodo con su "Teogonía de Hesíodo".

Los poetas convirtieron a los dioses en seres humanos, pero mas bellos y poderosos que los hombres, aunque inmortales que se alimentaban de néctar y ambrosía.

Los mitos fueron uno de los principales vehículos de difusión de la religión griega. Estos son narraciones que se transmiten de generación en generación y que explican como se formo y ordeno el mundo. Existen mitos sobre los dioses y sobre los héroes. El conjunto de mitos recibe el nombre de mitología.

El mito griego está en estrecha relación con la religión, pero no llega a confundirse con ella. A pesar de toda la confusión que preside la conformación de la mitología griega, esa inmersa materia llegó a clasificarse y a ordenarse.

 

Acrópolis Ateniense

La Historia de una familia

Según la Teología de Hesíodo, al comienzo no hay nada más que espacio, nada orgánico, nada que pueda ser descripto. Luego, después de ese vacío, se dibuja la primera de las realidades, que limita y comienza a darle un sentido: la Tierra, Gea (Gaya) la base segura de todo lo que en el mundo ya se encontraba dividido, pues bajo la Tierra seguía existiendo un espacio vacío donde todo era Caos.

Ese Caos engendra el Erebo, el vasto espacio subyacente, en que más tarde tendrán su lugar los infiernos. El mismo, tenía una hermana llamada Noche.

La diosa Noche engendra dos hijos: Éter y Día. El primero es la clara y pura luz que se adivina en las más altas regiones de la atmósfera; la luz de los dioses. Por su parte el Día, ilumina a los mortales, y alterna con su madre la Noche.
Noche engendró a la Suerte, Kere (el Destino) y Thánatos (el Fallecimiento); también engendró el Sueño y toda la raza de los Ensueños, así como a Momo, el dios del sarcasmo, y al Dolor, y a Némesis, que es la venganza de los dioses, y castiga todos los actos de los hombre.

Por su propia fecundidad, Noche engendró a las Hespérides, que son las Ninfas del Ocaso. Hay tres: Aegle, Eritia y Hesperaretusa: Habitan en el Extremo Occidente, en las orillas del Océano, no lejos de las islas Afortunadas, donde residen las Almas Felices. Diversos demonios crueles también son hijos de la Noche, Apaté (Engaño), Filotes (Ternura), Geras (Vejez), Eris (Discordia), que a su vez engendró otras calamidades: Olvido, Hambre, Los Dolores, los Combates, los Crímenes, las Querellas, los Discursos embusteros, Anarquía, Desastre, y

Juramento (Horco).

De esta manera el mundo se preparaba para recibir a los Hombres disponiéndoles mil causas de sufrimientos.
En el vacío ubicado por encima del Erebo, instala la misma Gea a su primogénito, Urano (el Cielo), que emana de ella. Al mismo tiempo que se da esta división orgánica del universo, tiene lugar el nacimiento de Eros (Cupido), el Amor, que es aquí el principio abstracto del Deseo, y no todavía el pequeño dios maligno, perverso y alado. En los orígenes mismos de la creación del universo, era imprescindible crear el Amor, este es el motor universal; es quien provoca las uniones del principio cósmico, los engendramientos que ni la imaginación concibe.
Gea, después de haber engendrado a Urano, dio a luz a las Montañas y las Ninfas (Driadas o Nereidas), que en ese momento son genios de las Montañas. A Gea también le corresponde la maternidad de Pontos (el Mar, principio masculino, la Ola poderosa).
Pontos (la Ola) tuvo como primogénito a Nereo, a quien se llama el Viejo del Mar, porque es leal y benigno a la vez, sin olvidar jamás la equidad. También Pontos engendró con Gea, a Taumas, que más tarde fue el padre de la diosa Iris, encarnación del arco iris y mensajera de los inmortales; luego a Forcis. Por su parte Nereo se unió con Doris, una de las hijas de Océano, que le dio las Nereidas, cuyo número varía según las tradiciones: más frecuentemente, se cuentan cincuenta, pero a veces son el doble. Entre las Nereidas sólo algunas han recibido una leyenda en particular: Tetis, la madre de Aquiles, y Anfitrite, la esposa del Olímpico Poseidón, dios del mar, y la siciliana Galatea. Las Nereidas jóvenes y bellas, pasan su tiempo eterno, hilando y cantando en el palacio de oro de su padre.
Taumas hijo de Pontos, ha engendrado a la Arpías, Aelo y Ocipete (la borrasca y la vuela de prisa) a las que a veces se añade una tercera hermana, Cileno (la Oscura). Estas Arpías son genios malhechores, cuando caen sobre el mar, con toda la velocidad de sus alas, nada les aguanta: Lo arrancan todo a su paso. Se las representa semejantes a pájaros de presa, con garras agudas, y se asegura que viven en las islas Estrofadas, en el centro del mar Jónico.
Las tres viejas del mar son: Las Greas (Enio, Pefredon y Dino: Viven en el Extremo Oriente, en un país cubierto de brumas, donde nunca sale el sol. Sólo tenían un ojo y un diente las tres, sirviéndose de ellos por turno). Las tres Greas eran hermanas de otros tres monstruos, las Gorgonas, llamadas Esteno, Euríala y Medusa. Medusa era la única mortal entre las tres. Las gorgonas eran horribles, estaban armadas con grandes defensas semejantes a las de los jabalíes: Sus ojos chispeaban y su mirada era capaz de convertir en piedra a quien tuviera la osadía de mirarlas fijamente. Su cabellera era hecha de serpientes, y alas de oro les permitían volar, vivían en los confines del mundo. Perseo da muerte a Medusa quien había sido fecundada por Poseidón. De su cuerpo al morir, surgen dos seres: Pegaso, el caballo alado, y Crisaor, el héroe de la espada de oro, que a su vez, engendró al gigante Gerión el de los tres cuerpos, víctima de Heracles y también a Equidna (la Víbora), un monstruo aterrador que se unió a Tifón y le dio hijos: El monstruo perro Ortros, compañero de Gerión, Cerbero, el perro que guardaba los Infiernos, la Hidra de Lerna, que había de ser muerta por Heracles, y la Quimera, a la que más tarde combatiría Belerofonte.

Urano y Gea adquieren preeminencia, de ellos nacen doce hijos, los Titanes y las Titánidas. Los Titanes son seis:

Los Titánicas, al igual que sus hermanos, son seis:

Algunos de estos nombres responden a funciones particulares dentro del mundo, así, Temis, por ejemplo es la Justicia, Mnemosine es la memoria, quien garantiza la duración del mundo, no gracias al tiempo sino a la alternancia entre el día y la noche.

Tetis es una divinidad marina; parece personificar la fecundidad femenina del Mar. La misma se casó con Océano, y le dio más de tres mil hijos (los ríos del mundo), su morada está situada lejos en el Oeste, en el país del Atardecer, todo rojo, que el Sol visita a diario al bajar del cielo.
Hiperión (el que viaja a lo alto) casado con su hermana Tía, engendra a Helios y Selene (el Sol y la Luna).

De la mayor parte de los Titanes no existe más que su descendencia:

Ceo, unido a su hermana Febe (la Brillante), engendra a Leto, que más tarde será la madre de Artemisa y de Febo.

Críos, con Euribia, una de las hijas de Gea y del Pontos, engendró a Astreo que fue uno de los esposos de la Aurora (Eos), al gigante Palas, y finalmente Perses, que fue el padre de la diosa Hécate -la señora de la noche-, diosa de la Abundancia, de la Elocuencia, pero también temible maga, hábil para metamorfosearse en perra, en loba, en asna, y cuya estatua de tres cabezas se erguía frecuentemente en las encrucijadas.

Iapeto se casó con Climena, hija de Océano y de Tetis, que le dio cuatro hijos: Atlante (Atlas), el gigante que más tarde fue condenado a llevar sobre sus hombros la bóveda del cielo, Menoetio, quien también participó en la rebelión contra Zeus, y que por esa razón fue fulminado

Y sumergido en el Tártaro.

El Titán cuya descendencia reviste mayor importancia es Cronos. A partir de él se desarrollan los destinos que llevan al poder a la generación divina de los Olímpicos.

Los Cíclopes eran también hijos de Urano y Gea, tres genios de la tempestad: Arges (el fulgor del relámpago), Asteropes (las nubes de la tempestad) y Brontes (el estruendo del trueno), luego los Hecatonquiros (los Ciembrazos), tres gigantes: Coto, Briareo y Gies.

 

 

La unión de Urano y Gea y el nacimiento de los Titanes
Urano – Gea
La Primera Disnastia de los Dioses

Océanos + Tetis

Hiperión+Tia

Ceo+Febe

Crío+Euribia

Japeto+Clímena

Crono-Rea
La Segunda Dinastía

Rios / Oceánides
Nilo / Electra
Alfio / Admenes
Acheloo / Styx
Strimón / Asia
Heriadono / Calipso

Helio
Eos(Aurora)
Selena

Leto
Asteria

Atreos
Pallantas
Persas

Atlante
Menecio
Prometeo
Epimeteo

Demetria
Hestia
Hera
Hades
Poseidón
Zeus


Urano detestaba haber sido padre tan prolífico y por ello prohibía a sus hijos el ver la luz; les obligaba a permanecer encerrados en las profundidades de la Tierra. Ya que Urano imponía una continua fecundidad a su compañera, ésta planeó junto con sus hijos mayores, la venganza. Ninguno de ellos aceptó, excepto el más joven de ellos, Cronos, quien odiaba a su padre –no se sabe bien por qué-. Entonces Gea le confió una serpiente de acero muy dura y aguzada, y cuando una noche Urano se acercó a ella para fecundarla una vez más, Cronos que se encontraba expectante, le cortó con la serpiente los testículos a su padre y los lanzó al espacio. La sangre del dios herido cayó en forma de lluvia sobre la tierra y el mar, donde engendró aun otras divinidades. De esta sangre que cayó en la tierra salieron las Erinias –Eumenides-: Alecto, Tisífone y Megera, las tres Furias, genios crueles que viven en las profundidades del Infierno, donde torturan a los criminales, los Gigantes y una nueva generación de Ninfas, las Melíadas, o Ninfas de los fresnos.

De la sangre mezclada con semen, que cayó sobre el mar, nació la diosa Afrodita (Espuma). Amor y el hermoso Deseo, la cortejaron en cuanto nació.

Luego de cumplir su venganza, Cronos se quedó solo para reinar en el mundo que apenas se formaba. Alrededor de él se formaron nuevas generaciones.

En unión con su hermano la Titánida Rea, Cronos tuvo tres hijas: Hestia, Deméter y Hera, y tres hijos: Hades, Poseidón y, finalmente, Zeus, el último. Una maldición pesada sobre Cronos, luego de destronar a su padre, había rehusado dar satisfacción a Gea. Por no haber liberado a sus hermanos, condenados a no ver la luz. Gea le prometió que también él sufriría la suerte que había infligido a su padre, y que sería destronado por sus hijos. Para prevenirse contra esa amenaza. Cronos devoraba los hijos que le daba Rea. Los primeros cinco, se los comió. Pero cuando estuvo a punto de nacer el pequeño Zeus, Rea decidió salvar a ese niño. Con la complicidad de Gea, encontró un asilo en una caverna de Creta, donde dio a luz. Luego tomó una piedra y la envolvió en pañales, llevándosela a Cronos y diciéndole que era su hijo. Sin enterarse de la verdad, Cronos, tomó la piedra y se la comió. Zeus se había salvado al mismo tiempo que Cronos estaba condenado. Zeus creció en el antro de Creta, confiado a la custodia de una nodriza, la ninfa Almatea, y de jóvenes guerreros armados de lanza y escudo, los Curetas. Los Curetas (los jóvenes) danzaban sin descanso una danza guerrera en torno a la gruta donde reposaba el niño: hacían el mayor ruido posible, entrechocando las armas y lanzando gritos de guerra. Todo ello con el fin de cubrir el llanto de Zeus, impidiendo que Cronos lo descubriera y se apresurase a devorarlo. Protegido, Zeus creció y adquirió toda su fuerza divina. Llegó el momento en que había de cumplirse la promesa de Gea. Zeus tenía entonces por compañera a una hija de Océano, Metis (Perfidia), que le dio una droga gracias a la cual Zeus pudo hacer vomitar a su padre los hijos que había devorado anteriormente. Todos volvieron a ver la luz. Con estos aliados, Zeus atacó a Cronos y a los Titanes, que fueron en auxilio de éste. La lucha duró diez años. Finalmente un oráculo de Gea prometió a Zeus la victoria si tomaba a los seres monstruosos precipitados antaño en el Tártaro por Cronos. Obedeciendo, y realizando así el voto de Gea, a la que Cronos había engañado, Zeus liberó a los monstruos, que se convirtieron en sus guardianes. Aquellos monstruos dieron a los jóvenes dioses poderosas armas que figurarían entre sus atributos futuros.

Los tres Cíclopes, forjaron para Zeus el trueno y el rayo, lo mismo que el relámpago, de esta manera Zeus será, eternamente, el dios del cielo tempestuoso. También dieron a Hades un casco que volvía invisible a quien lo llevara, por ello fue el dios del reino invisible, y reinaba sobre las almas de los difuntos. Poseidón recibió un tridente mágico, cuyo golpe es capaz de trastornar la tierra y el mar.

Los Olímpicos se distribuyeron en el universo. Zeus obtuvo preeminencia, y reinó sobre el cielo, Hades se contentó con la parte del mundo situada debajo de la tierra, es decir, el mundo infernal. Poseidón fue el señor del mar.

Hades, peleó a favor de su hermano Zeus, en la guerra contra su padre Cronos y los titanes. Su reino estaba en lo más profundo de la tierra.

Se le representa sentado en un trono de ébano, su cabeza cubierta con el casco que le regalaron los cíclopes, lleva una barba espesa y su rostro es severo.

Su imperio se dividía en dos grandes zonas, el Averno o Infierno y los Campos Elíseos.

El Zverno estaba dividido en tres recintos: el primero era el Erebo donde vagaban las almas errantes, aquí moraban las Furias y el Cerebro guardaba las puertas del recinto; el segundo era el Báratro en este lugar se castigaban los crímenes y el tercero era el Tártaro que era la prisión de los dioses, aquí fueron encerrados los dioses antiguos arrojados del Olimpo junto con los Cíclopes.

Los campos Elíseos era la región de las sombras bienaventuradas, reinaba la eterna primavera y la tierra es siempre fértil. Aquí se disfrutaban los placeres que más habían gustado en la vida.

La ambición, la avaricia, la envidia, y todas las malas pasiones que tenían los mortales, no podían alterar la calma y la tranquilidad de los habitantes de los Campos Elíseos.


Zeus tomó una esposa divina, Hesíodo le atribuye a Metis como primera compañera, Gea y Urano, depositarios de los secretos divinos, revelaron a Zeus un oráculo del Destino: De los hijos que nacieran de Metis y de él, el primero sería muy sabio y valiente, pero el segundo sería un hijo de ánimo violento llamado para destronar a su padre. Previniendo el peligro, Zeus se comió a Metis cuando ésta esperaba a su primer hijo.

Zeus convocó al dios forjador, Hefestos, su hijo con la más importante de sus esposas Hera y le ordenó que le hendiera la cabeza de un hachazo. Y así es como, de la cabeza de Zeus, surgió una muchacha enteramente armada: era la diosa Atenea, toda sabiduría y valentía.

Temis, la Titánida, fue la segunda esposa de Zeus, era ella la encarnación de la ley o la Equidad. De esa unión nacieron las divinidades que llaman las Horas, y que son las estaciones, Eran tres, Hesíodo, las llama: Eunomía, Diké e Irene, es decir, Disciplina, Justicia y Paz, pero los atenienses las conocían bajo los nombres de Thalo, Auxo y Carpo, que evocan los tres principales momentos de la vegetación: el nacimiento de la planta, su Zeus tuvo otras tres hijas con Temis, Moiras (las Parcas): Cloto, Laquesis y Átropos, que rigen el destino de todo ser humano. Aquel destino estaba simbolizado por un hilo, que la primera de las Parcas sacaba de su rueca, que la segunda enrollaba y que la tercera cortaba cuando llegaba al término de la vida que representaba.

La tercera esposa de Zeus fue la Oceánida Eurinome, que le dio también tres hijas, Kharites (las gracias), Aglae, Eufrosine y Talía. Como las Horas, las Gracias son genios de la vegetación: Son ellas quienes transmiten la alegría en la Naturaleza y en el corazón de los hombres. Viven en el

Olimpo en compañía de las Musas, presiden toda labor femenina.

Deméter que era su hermana, dio a Zeus una hija, Perséfone. Luego se unió a la Titánida Mnemosine, y tuvo de ella nueve hijas, las Musas, "que se complacen en las fiestas y en la alegría del canto". Las Musas también patrocinan todas las actividades intelectuales, hasta las más altas, todo lo que libera al hombre de la materia y le da acceso a las verdades eternas. Elocuencia, persuasión, sabiduría, conocimiento del pasado y de las leyes del mundo, matemáticas, astronomía, poesía, música y la danza son su dominio. Las Musas eran: Calíope, Clío, Polimnia, Euterpe, Terpsícore, Erato, Melpómene, Talía y Urania.

 

Musas y su especialización

Calíope La poesía épica.
Clío La historia.
Polimnia La pantomima.
Euterpe La flauta.
Talía La comedia.
Erato L a lírica coral.
Tepsícore La poesía ligera y la danza.
Melpómene La tragedia.
Uranía La astronomía.

 

Después de Mnemosine, Zeus se unió con Leto, la hija del Titán Ceo y de la Titánida Febe. De ella tuvo dos hijos, Artemisa y Febo.

Maia, hija del Titan Atlas, concibió al dios Hermes por obra de Zeus. Hera fue la última de las esposas divinas de Zeus, que le dio un hijo. Ares, el dios de la Guerra, y dos hijas: Hebe, personificación de la juventud (esposa de Heracles), e Ilitia, el genio femenino que protege los partos.

Zeus amó también mortales, sobre todo a Alemena, que le dio a Hércules, y Semele, de la que tuvo a Dionisio, el dios del Vino.

 

Clasificación

La Mitología griega clasifica a sus protagonistas en:

Estos Dioses son también denominados como Olímpicos, se llamaban así porque moraban entre las nubes que cubrían la cima del monte Olimpo. Normalmente se trata de 12 Dioses, aunque dependiendo del autor estos 12 Dioses pueden variar. Entre ellos no había jerarquía, aunque sobre todos ellos dominaba un Dios supremo ZEUS.

Asamblea de dioses: En la fila posterior y de izquierda a derecha se encuentran: Hades en primer lugar, que porta un cetro de dos puntas, Rea 1, la madre de los dioses, y Hera; entre ellas, el pavo real de Hera. Zeus se halla sentado en el centro con el águila a sus pies y esgrimiendo el rayo. A su derecha se encuentra sentado Cronos, y de pie, Atenea y Apolo. Debajo, Ártemis, a quien una media luna adorna su cabeza, sostiene el arco. En la primera fila y de izquierda a derecha se encuentran: Dionisio reclinado, Ares armado sentado junto a Afrodita, que está mirando cómo se le acerca Eros. Abajo a la derecha aparece Poseidón con su tridente

ZEUS: es el equivalente del dios romano Júpiter. Es el dios supremo y es el primero de los dioses en poderío y saber. Hijo de Cronos(Saturno) y de Rea (Cibeles), y está casado con la diosa Hera, aunque tuvo numerosos amoríos con mortales con las que también tuvo diversos hijos. Es el dios de la justicia, del cielo luminoso, de las tormentas y del rayo. Su animal representativo es el águila, y a él le está consagrado el roble.

HERA: es el equivalente de la diosa romana Juno. Casada con Zeus y muy celosa debido a los constantes amoríos de su marido, por ello persigue incesantemente tanto a las amantes de éste como a los hijos nacidos de estas aventuras. Es la diosa de la fidelidad y de amor matrimonial. Su animal representativo es el pavo real.

POSEIDÓN: es el equivalente del dios romano Neptuno. Hermano de Zeus y casado con Anfítrite. Es el dios del mar, de los terremotos y de las aguas tanto en superficie como subterráneas. Como señor de las aguas es también una divinidad asociada a la fecundidad y a la creación de las fuentes. Su animal consagrado es el caballo.

ATENEA: es el equivalente de la diosa romana Minerva. Nacida de la propia cabeza de Zeus. Es la diosa de las artes y los oficios, de la astucia, de la sabiduría y la guerra ordenada. Su animal consagrado es la lechuza.

 

APOLO: es el equivalente del dios romano Febo. Hijo de Zeus y la mortal Leto y hermano gemelo de la diosa Artemisa. Es el dios de la belleza masculina, de la profecía, de la luz y de las artes. Su elemento es la lira.

ARTEMISA: es el equivalente de la diosa romana Diana. Es la diosa de la luna, bosques y selvas, castidad y de la caza. Su dominio es el monte y los espacios salvajes. También es compañera y protectora de las amazonas, mujeres guerreras que dedicaban su vida a la contienda y a la caza.

AFRODITA: es el equivalente romano de la diosa Venus. Casada con Hefesto pero amante de Ares. Es la diosa del deseo y del amor, de la belleza y la fertilidad. Va acompañada siempre del deseo amoroso(Eros/Cupido). Encarna el impulso erótico y también el placer del sexo, simboliza la fuerza de la pasión y el deleite del amor. Es despiadada y rigurosa en castigar a los que desdeñan su poder. Su animal consagrado es la paloma.

HERMES: es el equivalente del dios romano Mercurio. Hijo de Zeus y la mortal Maia. Es el dios símbolo de la astucia, la inteligencia, la práctica y la habilidad, además es el protector de las actividades profesionales que requieren estas dotes. Dios también de los caminos, de los mensajes y de los ladrones. Fue el mensajero de los dioses, fundamentalmente de Zeus, para llevar y traer órdenes y mensajes. Se le atribuye el invento de la lira y de la flauta.

ARES: es el equivalente del dios romano Marte. Hijo de Zeus y de Hera. Es el dios de la guerra sangrienta y de la crueldad, personifica el furor bélico. Su animal consagrado es el gallo.

 

HEFESTO: es el equivalente del dios romano Vulcano. Hijo de Hera y casado con Afrodita. Es el dios de la fragua y del fuego artesano. Patrón de la metalurgia y de los artesanos que a ella se dedican. Dios cojo y de andar vacilante que provoca la risa de los demás, ese andar vacilante y su cojera evoca el movimiento turbulento del fuego.

DEMETER: es el equivalente de la diosa romana Ceres. Hija de Rea y Cronos. Es la diosa del cereal, árboles frutales y fertilidad de la tierra.

 

DIONISIO: es el equivalente del dios romano Baco. Hijo de Zeus y de la mortal Sémele. Es el dios de la vegetación, del ímpetu natural y de la vida desbocada. Dios del vino y de la vid, del entusiasmo y del éxtasis. Es una divinidad pacífica y bienhechora.

 

Al igual que los dioses mayores aceptados por todos los hombres, aparecían junto a estas diversas divinidades menores cuyo culto poseía menor extensión. Entre estas divinidades podemos encontrar a los siguientes:

HESTÍA: o Vesta para los romanos. Es la diosa del hogar, permanece virgen, protectora de la familia, se identifica con el fuego hogareño.

HÉCATE: es la diosa de las encrucijadas y los caminos, asociada a la luna y al mundo tenebroso de las sombras y los muertos.

HELIOS: es el Sol. Su culto está poco extendido solapado por el culto al dios Febo.

SELENE: es la Luna. Su persona es absorbida por el culto a la diosa Artemisa.

PAN: hijo de Hermes, dios de los espacios agrestes, al margen de la civilización. Tiene cuerpo y patas de macho cabrío.

 

HADES: o Plutón para los romanos. Dios de los infiernos, su reino es el de lo muertos, su ámbito subterráneo de las sombras. Considerado como un juez inflexible.

ILITÍA: es la diosa del nacimiento, acude en ayuda de las jóvenes parturientas.

También había divinidades menores que se representaban en grupos de mayor o menor extensión: a veces en trío como las Morías( o Parcas) , las Cárites ( o Gracias) , las Gorgona o las Horas. Las Musas eran 9. Las Linfas son incontables, al igual que los Sátiros, Titanes o Gigantes:

MOIRAS: son las diosas del nacimiento humano y del destino. La primera es la que hila el hilo de la vida, la segunda hace con él el ovillo y la tercera es la que lo corta inesperadamente cuando quiere.

GRACIAS: son las diosas de la belleza, el encanto y la alegría.

HORAS: son los genios de la vegetación que correspondían a los tres momentos del desarrollo de las plantas ( nacimiento, crecimiento y fructificación).

MUSAS: son las diosas del canto, de la poesía, las artes y las ciencias.

 

Los héroes son semidioses, superan a los hombres en poderío, fuerza y astucia pero comparten con ellos la mortalidad, rasgo que les distancia de los dioses. Normalmente tienen a un dios o diosa entre sus progenitores, aunque otros tienen un abolengo divino más antiguo. Algunos de los héroes más destacados podrían ser:

PERSEO: hijo de Zeus y de la mortal Dánae. Al padre de Dánae, Acrisio rey de Argos, le habían profetizado que un hijo de su hija lo mataría, así para evitarlo encerró a su hija en un calabozo subterráneo herméticamente cerrado. Zeus enamorado de la joven cayó sobre ella como lluvia de oro, engendrando así un hijo. Ante tal hecho Acrisio arrojó al mar tanto a Dánae como al niño recién nacido para evitar así la maldición. Madre e hijo se salvaron milagrosamente y llegaron al reino de Sérifos cuyo soberano Polidectes les protegió. Pasado el tiempo, cuando Polidectes quiere casarse con Dánae, intenta deshacerse de Perseo enviándolo a matar a Medusa, una de las temibles Gorgonas, cuya mirada petrificaba a todo el que la miraba. Perseo vence a Medusa y en su viaje de regreso libera a Andrómeda con la que se casa. Volviendo junto a su madre petrifica a Polidectes utilizando la cabeza de Medusa, y todos juntos deciden volver a su tierra inicial, Argos. Allí involuntariamente al lanzar un disco mata a su abuelo Acrisio, cumpliéndose así la profecía.

 

JASÓN: hijo de un rey que fue destronado por su hermano, reclamó el trono cuando fue mayor pero su tío le puso como condición que consiguiera previamente el vellocino de oro( la piel de un carnero sagrado) que pendía de uno de los árboles de un bosque muy lejano custodiado por un dragón. Jasón se hizo acompañar por un grupo de valientes, a los que se denomina Argonautas, para ir a por el vellocino, algo que consiguió aunque a su regreso su tío no cumplió su palabra.

 

HERACLES/HÉRCULES: hijo de Zeus y de la mortal Alcmena y terriblemente odiado por Hera por lo que trató en numerosas ocasiones de matarlo. Una leyenda relacionada con él es la creación de la vía láctea. Se dice que estando dormida Hera, Zeus acercó a Hércules al pecho de ésta para que le amamantara, sin embargo Hera al despertar y conocer la identidad del niño, lo apartó de su pecho formando la leche que de él surgía la vía láctea o camino de Santiago.

  • Fábulas mitológicas

  • Estas fábulas, servían para explicar la realidad que rodeaba a los hombres en un momento determinado. Algunos de estas explicaban el origen de diversos elementos tales como flores, plantas, animales, objetos. Y todas tienen una característica en común siempre aparece una metamorfosis.

    A continuación algunas de las mas conocidas:

    CIPARISO- CIPRÉS

    En los campos de Cartea había un ciervo consagrado a las ninfas. Éstas lo cuidaban mucho pero el que más lo amaba era Cipariso, el más bello de la isla de Cos. Un día fatigado el ciervo se echa en la hierba a la sombra. Cipariso sin reconocerlo le lanza una jabalina matándolo. Al acercarse le reconoce y se desespera. El dios Apolo intenta consolarle. Las lágrimas abundantes ajaron sus facciones, sus cabellos se encanecieron y se elevaron al cielo formando una pirámide. Desde entonces estará presente en duelos y será compañero de las personas afligidas.

    JACINTO-FLOR

    Un día Jacinto(príncipe espartano) quiere jugar con el dios Apolo. Apolo tira primero el disco con mucha destreza, enviándolo muy lejos. Jacinto intenta lanzar el disco, pero es tan torpe que el disco se suelta y le da en pleno rostro(hay versiones que dicen que el disco se desvió por causa del viento del oeste que estaba prendado del joven). La herida es mortal y Apolo no puede ayudarle, por ello promete que su sangre formará una flor parecida a la azucena, excepto en su color, que recordará el dolor del dios.

    DAFNE - LAUREL

    Apolo se interesa por la ninfa Dafne, hija del río Peneo. Este interés se debe a que Apolo había estado molestando a Cupido y éste para vengarse había disparado dos flechas, una amorosa para Apolo y otra desdeñosa para Dafne. Apolo la perseguía intentando conquistarla pero Dafne huía de él. Finalmente Dafne llega a las riberas de su padre y le ruega ayuda. Entonces su cuerpo se cubre de corteza, sus pies se hacen raíces y sus brazos y cabellos son ramas cubiertas de hojarasca, convirtiéndose en un bello árbol, el laurel. Apolo decidió que ya que Dafne no podía ser su mujer, sería su árbol predilecto, hon4ra de las victorias y triunfos y que siempre conservaría su color verde.

    ECO- VOZ/ NARCISO- FLOR

    Narciso era un joven de mucha hermosura que desdeñaba a hombres y mujeres. Un día salió a cazar y Eco(amante de Zeus y castigada por Hera a expresar sólo las últimas palabras de lo que quisiera expresar) le ve y se enamora de él, siguiéndole sin que él se diera cuenta pues quería hablarle pero no podía. Como estaba solo grita para ver donde estaban sus compañeros y entonces oye la dulce voz de Eco que repite todo lo que él dice. Finalmente se encuentran y Narciso queda desilusionado y huye de ella menospreciándola. Eco desea que cuando él se enamore se desespere tanto como ella ahora. La Venganza oye a Eco y la ayuda. Narciso se asoma a una fuente y ve su reflejo, Cupido entonces le clava una flecha y hace que Narciso se enamore de su reflejo, desesperándose pues no puede amarse a sí mismo. Poco a poco, Narciso comienza a cambiar y se transforma en una flor hermosísima que se contempla en la fuente. Se dice que después de lo ocurrido a Narciso, Eco cae rota de amor por él. Sus hermanas le lloraban y Eco les respondía pero no encontraban su cuerpo. Pero aún a Eco se la escuchaba repitiendo las últimas palabras humanas por todo el mundo.

    ARACNE- ARAÑA

    Existía una muchacha, Aracne, que era muy hábil tejiendo. Aracne reta a la misma Atenea y dice que lo hace mejor que ella. Atenea en principio toma el aspecto de una viejecita y se presenta ante Aracne intentando aconsejarla y persuadirla, pero Aracne la rechaza y le pide que retome su verdadero aspecto. Atenea enojada acepta el reto de ver quien teje mejor. Las dos hacen unas cosas muy bellas y perfectas. En el centro del lienzo Atenea retrata a varios dioses, señalando su descomunal poder y en las cuatro esquinas del lienzo representa castigos impuestos por los dioses a ciertas personas. Aracne por su parte representa todos los engaños cometidos por los dioses para enamorar, engañar y raptar a las ninfas. Atenea trata de encontrar algún error sin éxito. Furiosa lo rompe y castiga a Aracne transformándola en araña para que siempre haga lo que se le da muy bien: tejer hilo.

     

    Cultos y creencias

    La mitología griega acentuaba el contraste entre la debilidad de los seres humanos y los grandes y aterradores poderes de la naturaleza. Por lo tanto, el pueblo griego reconocía que sus vidas dependían completamente de la voluntad de los dioses. En general, las relaciones entre los seres humanos y los dioses se consideraban amistosas. Pero los dioses aplicaban severos castigos a los mortales que revelaban una conducta inaceptable, tal como la soberbia complaciente, la ambición extrema y hasta la excesiva prosperidad. La mitología griega estaba ligada a todos los aspectos de la vida humana. Cada ciudad estaba consagrada a un dios particular o grupo de dioses, a quienes los ciudadanos solían construir templos dedicados al culto. Regularmente honraban a los dioses en festivales, supervisados por los altos funcionarios. En los festivales y otras reuniones oficiales, los poetas recitaban o cantaban significativas leyendas e historias. Muchos griegos conocían a los dioses a través de la palabra de los poetas. Los griegos solían relacionar su vida doméstica con la de los dioses y en ella rendía culto también.

    En la antigüedad se veneraba a los dioses en los árboles, fuentes y otros lugares en que se creía que vivían, o en aras sencillas y grutas naturales, donde se ofrecían los sacrificios.
    Hubo en los palacios capillas particulares. Por último, se construyeron los
    templos a imitación de las moradas humanas, que constaban de un pórtico y una sala, modelo que se desarrolló con el tiempo hasta convertirse en los conocidos santuarios de Grecia y Roma.

    Aunque Grecia no poseía una religión oficial por lo común se veneraban lugares sagrados, como Delfos, templo sagrado dedicado a Apolo. Este incluía un oráculo donde valerosos guerreros acudían para consultar sobre su futuro.

    A los dioses se ofrecía todo lo que podía despertar su complacencia - trípodes, hachas dobles, imágenes -, principalmente las oblaciones de comida y bebida, las primicias de la caza, del

    ganado y de la cosecha, o sea, cuanto gusta a los hombres. Posteriormente las ofrendas se quemaron para que su humo llegara al cielo.

    La oración se llevaba a cabo postrado en el suelo o con las manos alzadas hacia el lugar en que se creía que estaba la deidad, volviendo las palmas hacia arriba; o el fiel se ataba con cintas

    para indicar su plena sumisión.

    En las fiestas panhélenicas se vinculaba el sentimiento religioso y el de pertenencia a una misma cultura.

    Todas las fiestas formaban parte del culto, entre ellas se incluían concursos de gimnasia, atléticos, literarios, musicales y dramáticos.

     

    Las fiestas más importantes eran:

    Grecia influyó en la religión de Roma, como en otros tantos aspectos materiales y espirituales del pueblo latino. De tal forma que muchos de los dioses griegos fueron acogidos como sus dioses por los romanos, aunque eso sí, cambiándoles el nombre.

    Bibliografía